Cada uno de nosotros proyectamos nuestra imagen convirtiéndose en nuestra carta de presentación. Nuestro aspecto físico, nuestros movimientos, nuestra forma de hablar hacen que los demás en pocos minutos, se hagan una idea más o menos aproximada de quienes somos, pero ¿es real?, ¿se adapta realmente a como nos sentimos nosotros?, lo más probable es que tú respuesta sea que no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario